jueves, 6 de octubre de 2011

Despegue

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...Con las manos fuertemente aferradas al volante se dispuso a emprender la marcha. Entonces, pisó a fondo el acelerador. El auto no se movía. Lo intentó una y otra y otra vez: sólo conseguía ahogarlo en nafta. No había caso; aquel auto no arrancaba.
...Sin darse por vencido y con una voluntad cada vez más firme, simplemente relajó sus manos y tomó conciencia del potencial de su vehículo. Algo comenzó a cambiar. Sintió un pequeño movimiento, y de a poco, fue aumentando la velocidad. Un vértigo alegre vino a su encuentro; ya estaba carreteando. Y entonces sí, por fin, levantó vuelo.
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2 comentarios:

Valeria Giordano dijo...

...tomar conciencia del potencial de nuestro vehículo...
si... graciasss... y a levantar vuelo!

**VaNe** dijo...

Y con el alma liviana... a levantar vuelo!!!!! =) Te quiero!