jueves, 23 de junio de 2011

Persianas

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...Aquella tarde no sería una más. Nos encontrábamos en el muelle disfrutando de lo que había sido, hasta el momento, un día radiante de sol; día de horizonte infinito y agua clara. Todo alrededor era verde y flores. Las mariposas parecían bailar al ritmo del canto de los pájaros. Nuestros ánimos se hallaban muy alegres; habíamos llegado al lugar y resultó ser mucho más hermoso de lo que nos había vendido la agencia de viajes. La casa donde nos alojábamos se encontraba a unos metros de la costa. La inmensidad de aquel horizonte sería nuestra vista durante los quince días de nuestras vacaciones. Recién llegados al pueblo y apenas instalados en la casa de alquiler, no pudimos evitar ir a disfrutar, mate mediante, de una tarde absolutamente plácida en contacto con la naturaleza.
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...El cielo se disponía a regalarnos un diáfano atardecer, cuando una brisa, que al instante se transformó en viento, trajo el típico color plomizo y un aroma a lluvia inminente. La bruma comenzó a descansar sobre las aguas. Tranquilamente, comenzamos a “levantar campamento” y juntamos nuestras cosas para partir. Ya las primeras gotitas de lluvia nos avisaban que el recreo había terminado.
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...Con todo lo nuestro a cuestas, comenzamos a caminar hacia la casa. Nos daba risa las travesuras que el viento hacía en nuestras ropas y en nuestras cabezas. Comenzamos a apurar el paso. La tormenta ya estaba declarada y las aguas comenzaban a agitarse con violencia. Al mirar atrás, pudimos ver como se iba asolando aquel lugar. Nos costó creer el tiempo; habían pasado segundos no más, como mucho uno o dos minutos.
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...Corrimos los últimos metros hacia la puerta para no resultar pasados por agua. Ya a salvo en nuestra casa, observamos el espectáculo a través del ventanal. Apenas podíamos adivinar el muelle, donde segundos antes (minutos tal vez) disfrutábamos del sol. Ya no se distinguían las barandas, desdibujadas por el agua, la bruma y el viento amenazante, que se llevaba consigo todo a su paso.
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...De pronto por entre la bruma clara que no nos dejaba ya ver el paisaje, divisamos una silueta oscura. En cuestión de segundos divisamos otra más. Eran varias; eran muchas. Se acercaban muy lentamente, por entre medio de la tormenta, con una serenidad fantasmal. Eran mujeres de cabellos largos y claros. Nos miraban fijo, inexpresivas, y lentas no dejaban de avanzar hacia nosotros. Nos miramos con pánico; no podíamos entender de dónde salían estas mujeres y su serenidad, que contrastaban profundamente con la violencia de la tormenta. Su avance era lento, y su intención estaba claramente depositada en nosotros.
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...Presos del miedo, tan pronto como pudimos, corrimos a bajar las persianas de madera, ya que sería lo único (creímos) que les impediría el paso. Primero fueron las persianas del living, mientras nos preguntábamos si esto las detendría. Luego corrimos a hacer lo mismo en la ventana de la habitación. Pero allí fue más complicado; las mujeres habían ganado un poco más de terreno. Ya sus brazos abrían los vidrios, y para impedir la bajada total de la persiana colocaban trapos, trozos de sus vestidos oscuros que ellas mismas se rasgaban, sin abandonar su fantasmal parsimonia. Mientras bajábamos la persiana, forcejeamos mano a mano, corriendo el peligro de amputarles las manos a ellas. O a nosotros.
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...El tiempo consumido en esta lucha, nos había hecho olvidar de la otra habitación. Gritamos, les gritamos, nos gritamos. Y ellas seguían avanzando, serenas, con sus ojos blancos, sus ropas oscuras rasgadas y sus cabellos claros. Corrimos. Pero ya era tarde.
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...Ya no hubo contra qué luchar, ni de quién huir. Ya no gritamos. El pánico por fin nos abandonó.
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... Ahora nuestro andar es lento, sereno. Nuestras ropas están rasgadas, y nuestros ojos se han aclarado, al igual que nuestros cabellos, largos, lacios. Y cada día somos más.
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2 comentarios:

Flor de Ceibo dijo...

HOLA VANE!
Es para leerlo de una vez (nunca más iré a la costa .Sé que la tormenta y ustedes me estarán esperando)

**VaNe** dijo...

Flor de Ceibo: Qué alegría tenerte por acá! =) Dale che! Venite! Y cada día seguiremos siendo más... jeje Beso enorme! ;)